El blanco del enemigo son nuestros pensamientos.
Llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. 2 Corintios 10:5
Cada día debemos someter nuestros pensamientos a la obediencia de Cristo, porque si los dejamos actuar en nosotros y permitimos que se establezcan como verdad, estos se convierten en armas tan poderosas que