Tomado de www.ministros.org
Vivimos rodeados de temores. Parece que estuviéramos condenados, como seres humanos, a sufrir progresivamente el miedo en sus diferentes grados y formas: desde el miedo a la oscuridad, hasta el temor a arriesgarnos, a hablar en público, a relacionarnos con nuevas personas; el miedo de perder lo que tenemos,