¿Podrá un garabato ayudarte a organizar tu vida?

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0garabatoPorque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva’. Romanos 6.4

Hay un proverbio bíblico que dice: Hay caminos que parecen vida y son caminos de muerte”. Hace poco conocí una vecina, a la cual llamaré para efectos de este escrito con el nombre ficticio de “María”. María tenía un aspecto agradable, pero más allá de su sonrisa serena y hasta  melancólica, escondía un volcán que a veces la llevaba a una conducta religiosa que la mantenía gozosa y a la misma vez enajenante.

En una de esas muchas visitas pastorales que hacía a su hogar comentaba de episodios en su vida que le producían quebrantamientos de espíritu, tristezas y aflicciones. Me confesó  un tanto preocupante la muerte de su hijo, quien había cometido suicidio. Este trágico suceso develó “a flor de sabio”, la sonrisa melancólica que había visualizado en su persona. Le pregunté con mucha ternura y al grano llamándola  por su nombre: ¿Cómo te sientes después de tan terrible experiencia? Me contestó con cierta melancolía, pero con mucha calma: “A  veces un poco deprimida y hasta  con cierta culpa como si el maligno (Satán)  me quiera zarandear perturbando la existencia, pero yo no se lo permito.” Fue entonces cuando añadió inmediatamente algo que me pareció interesante: “Solo me sostiene Un sueño, que tuve con mi hijo, donde se aparecía sonriente tiernamente diciéndome”: “Mamita no te preocupe más, yo estoy bien”.

Dijo la madre nostálgica: “Desde ese día vino a mi vida paz y sosiego desapareciendo la tristeza que me embargaba. Cada vez que me quebranta el recuerdo de mi hijo, pienso en ese hermoso sueño y mis tristezas y nostalgias desaparecen, y entonces me sosiego.

Fue entonces cuando hice una comparación de lo que Cristo vino a hacer por nosotros, usando la figura rudimentaria del “garabato”. Este  es un instrumento rudimentario que es usado por jardineros y obreros para limpiar y poner en condiciones óptima un camino, patio, jardín o una finca. El garabato es hecho mayormente de una rama del árbol de guayabo mayormente. El campesino, jardinero o agricultor corta la rama cuando esta se divide en dos ganchos más o menos del mismo espesor formado una horqueta (formando con ambas ramas una Y). La función de la horqueta es segregar el yerbajo para luego cortarlo y así va limpiando y echando al lado para luego recogerlo como basura dejando limpia el área desyerbada.  El instrumento se convierte en un agente facilitador útil para crear el ambiente que ha desarrollar un caminar que llegue a su destino. El patio, limpio, espacioso y acogedor para la meditación y reflexión y así descansar un poco del diario vivir. El jardín de flores hermosas que visten y perfuman del aroma que enriquece el ambiente. La finca productiva que lleva frutos que nacen del buen hacer brotando de la tierra que nos alimenta.

Cuando usamos “el garabato” para limpiar hacemos nuevos caminos para andar. El patio de la familia se amplía para dar sosiego al pensamiento y el espiritual donde la meditación y las reflexiones en torno a la vida toman fuerzas para el bien vivir. Cuando la basura y el yerbajo acumulado de acciones turbias, enredos de vida marchitadas por el egoísmo que nos lleva a la mezquindad, pasando por los quebrantos de espíritu, tristezas y amargura donde la soledad destruye y los complejos de culpa nos hacen enanos, pequeños demiurgos en un mundo de pigmeos  perdiendo  la visión amplia y las perspectiva de la hombredad.  Es por eso que tenemos que usar el garabato para limpiar conciencias, abrir caminos y reencontrar las fuerzas para construir el nuevo hombre de dimensiones amplias llena de esperanza.

Si cada ser humano se tornara en un obrero, jardinero y agricultor; un  facilitador preocupado por tener el camino limpio, y seguro para caminar bien. Un jardín lleno del aroma y florecido del amor de los amores, de fragancia que como el sándalo nos inspira a la verdadera paz y pureza; o una finca, dirigida por el Sol de justicia, proveyendo el gozo espiritual y verdadera justicia y no de falsa  espiritualidad vana. Una justicia que brote del verdadero amor e igualdad y derechos para todos y no solo para los privilegiados, tornándose en simples nube blancas, llevadas por el viento, sin saber hacia dónde van, sin rumbo dejándose llevar por el viento.

Hay un agricultor que ha preparado una gran finca que está buscando obreros, jardineros que con (garabatos) en manos salgan a hacer caminos, jardines y hasta fincas limpias hermosas. Ese agricultor es Jesucristo que fue enviado para que  todos nosotros viviéramos con propósitos, como árboles de vida. Él fue puesto en un árbol y con sus manos extendidas formó “una horqueta” y murió con propósito, libertarnos; haciendo una limpieza total de toda basura, yerbajo, maldad y pecado en nosotros.

Dios tomó aquel árbol en sus manos y con su justicia amorosa nos limpió el camino, hizo un jardín con flores hermosas y fragantes creando un ambiente para crecer y dar fruto en su finca hermosa y útil para todos. Desde el mismo principio de la creación ya Dios había tomado tal decisión. Veamos:

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,  según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad (Esfesios 1.3-5)

Vemos aquí como Jesucristo aparece aquí como enviado del Padre con propósito de hacernos hijos Suyos.  ¿No les parece interesante? ¡Claro que sí! Fue entonces que quise hablarle a mi amiga “María” del propósito de Jesucristo, cruz, muerte y resurrección. Jesucristo muere en la cruz para redimirnos de culpas y pecados. Cristo nos redimió y ante Dios por medio de su sacrificio por puro amor, por su gracia y no por obra nuestra, somos libres de mal, hijos del Padre por medio de Jesucristo. Lo único que nos pide es solo creer, tener Fe y confiar en Él.

Veamos Las Escrituras:

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16) Es bien claro que dice: “Todo el que cree.” El Apóstol Pablo tiene otros versos sumamente importantes que dicen así: “Justificado, pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esa gracia en el cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. (Romanos 5:1-2)

Ahora nos habla de la fe como entrada a la gracia de Dios que nos justifica para que sepamos con firmeza que no depende de lo que yo pueda hacer solo de lo que Dios hizo en la cruz y muerte: Liberarnos de toda maldad por su justicia amorosa. Veamos lo que dice el Apóstol Pablo a los Gálatas:

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí,  y lo que ahora vivo en la carne, lo vino en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.” (Gálatas 2:20)

El  apóstol, teniendo en cuenta la fe y el amor de Dios, enfatiza la gracia de Dios para que nadie se gloríe. El esfuerzo de nuestra libertad del pecado descansa en Dios y no en cumplimientos de preceptos y leyes para alcanzar su perdón. Es la pura gracia de Dios. Es por eso que dice el verso: “Si fuese por ley la justicia, entonces por demás murió Cristo”. Fue entonces que viví la  alegría en “María”, cuando me dijo: “Ya no tengo que pensar en tantas culpas asfixiantes que tanto me abrumaban, sintiéndome tan infeliz. Lo que no me  sanó  el psicólogo, en tanto tiempo perdido, me vino a sanar la “palabra viva de Dios en Cristo. “Ya no siento tanto complejo de culpa. “aleluya.” “Pastor ¿cuando vuelve otra vez?” Le conteste: Ya tú no me necesitas. Solo te dejaré  un verso más: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5.17) “Hasta la próxima vivencia con Jesús”

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