Muchos cristianos hacemos uso de los devocionales y cada año se siguen publicando más aumentando así la gran cantidad que ya están disponibles en el mercado. Ahora bien, de la misma manera que hay infinidad de devociones disponibles para cada gusto y necesidad, hay cada vez más iletrados bíblicos (for dummies: “gente que sabe muy poco del contenido de la Biblia”) y el uso de devocionales no nos va a beneficiar mucho. ¡Sí, es cierto! Te da cierta energía matutina el que tengas una especie de guía con un verso bíblico, un par de párrafos con la experiencia o el testimonio de otro creyente en alguna parte del mundo, junto a sugerencias de cosas por las que orar,  pero eso no debería ser tu único encuentro con la Biblia.

En un mundo como el que vivimos, deberíamos conocer cuál es el flujo de la historia bíblica (aunque fue escrita por varios autores hay un principio, un fin, una trama, en medio de la cual vemos el propósito de Dios en la historia humana), las genealogías (gran parte de la Biblia es la historia de un pueblo y su relación con Dios, los nombres son importantes), qué profecías ya se cumplieron, cuáles deben de cumplirse, qué partes de la Biblia son confusas y parecen contradecirse, etc. Nada de eso lo aprenderás leyendo tres versículos inspiradores de Salmos o Proverbios o de cualquier otro libro, tienes que leerla completa las partes inspiradoras junto con las partes que retan porque son difíciles de entender.

No estoy en contra de los devocionales, los usé por mucho tiempo y de vez en cuando también los uso, pero hay tiempos para postres y hay tiempo para comida de verdad, alimento que te haga crecer.