La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará

oracion para el enfermo
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sábado 01 de marzo de 2014 – 09:15 a.m. 50

Uno de los gozos de ser líder de una iglesia es preocuparse por las personas y mostrar compasión por ellas al orar por su sanidad física y emocional. Muchos creyentes tienden a rehuirle a la enseñanza y la práctica bíblica de la unción con aceite y de orar por los enfermos debido a que se ha interpretado mal y abusado de ella. Pero Santiago 5:14-16 es inconfundible en cuanto a su enseñanza.

«¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.

Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.

Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho« Santiago 5:14-16.

Existen al menos cinco conceptos que deben guiar nuestra práctica de ungir a los enfermos y orar por ellos.

1.-  En las Escrituras se enseña la unción con aceite y la oración por los enfermos, y se practicó en la iglesia primitiva. Si la práctica no encaja dentro de nuestra red de pensamientos y experiencias, debemos estudiar la Biblia para tener una mayor comprensión.

2.- Los ancianos han recibido la autoridad de actuar en el nombre de Jesús para algunos asuntos. Los ancianos de la iglesia no poseen don especial de sanidad ni justicia especial alguna. Se les da el privilegio y la responsabilidad de ungir y de orar con fe por los enfermos en el nombre y por la autoridad de Jesús.

3.- El aceite en sí no tiene poder especial alguno, pero probablemente tenga un par de propósitos. Era señal de fe y símbolo de la presencia del Espíritu Santo proveyendo sanidad, consuelo y seguridad.

4.- Debemos orar con confianza (en fe) por la sanidad completa hasta que sea obvio y evidente que Dios ha elegido sanar o hacer alguna otra cosa. Dios sana de manera sobrenatural, y sana de manera natural a través de los médicos y los avances médicos.

5.- Dios es soberano. No está obligado a sanar a todos ni a nadie. Sin embargo, algunos serán sanados y otros no. En vez de intentar manipular a Dios y de regatear con Él, debemos pedir la sanidad con fe.

Si Dios elige sanar a alguien por quien oramos, se le debe dar toda la alabanza, el honor y la gloria a Él.

«Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados». Isaías 53:5

«Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová…» Jeremías 30:17

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