Había una vez un joven que vivió una vida de rebeldía delante de su madre, y un día no soportando más sus regaños y consejos, se fue de la casa diciéndole como despedida:

“No quiero verte nunca más” y se fue.

Caminando una vida sin sentido y desordenada y habiendo entendido su error cuando empezó a irle mal, pensó volver a su casa; pero no se atrevía pues sabía que su madre estaba dolida y pensó que no lo recibiría.

Así que escribió una nota y la puso por debajo de la puerta de la casa de su madre. La nota decía lo siguiente:

“Madre, si puedes perdonarme y recibirme de nuevo contigo, tiende una sábana blanca en el árbol que está en frente de la casa, que yo iré mañana para ver si me perdonas.”

Cuando el joven llegó se sorprendió al ver el frente lleno de sábanas blancas.

También nuestro Padre Dios está dispuesto a perdonarnos muchas veces no importando lo que hayamos hecho.

Fuente: Ministros.org