Cultura de crítica ¿o cultura crítica? ¿Dónde estamos ubicados?

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Optimized-debate336Viendo el caso de las películas “Noé”, “Son of God” o de Dante Gebel, que publicó una foto en su Facebook anunciando que estaría en los Simpson y (resultó ser un broma de éste) y como consecuencia fue bombardeado con de todo, por “cristianos” que, entre faltas ortográficas (escribir bien glorifica a Dios, recuerda eso) le dijeron “hijo del diablo”, “gusano del infierno” y… otras cosas que no podemos mencionar por aquí… debo decir que me llama mucho la atención como la comunidad cristiana se ha transformado en una cultura de crítica, en lo que para mí está llegando a un punto preocupante. Es lo que siempre he llamado “neo-inquisición”. Me imagino (¡en serio!) que si pudiésemos volveríamos a la edad media y mataríamos a par de gente en torturas inhumanas en nombre de la religión.

Una “cultura de crítica” no es lo mismo que una “cultura crítica”. Una “cultura de crítica” se lanza a algo que no conoce, que no ha analizado bien, que no ha experimentado pero que le parece, por la poca información que tiene, que puede amenazar sus creencias, y lo acaba. Una “cultura crítica” es la que sabiamente desecha o recibe algo después de cierto análisis y lo hace de manera respetuosa y civilizada. Las “culturas de crítica” aceptan cosas de la misma forma que la desechan: sin un análisis profundo de como eso puede afectar o no sus vidas. Las “culturas críticas” no.

Lo que más me llama la atención es que nos acabamos entre nosotros mismos cuando, fuera de la burbujita cristiana, se mueven cosas que resultan más “amenazantes”  para la fe que lo que pasa dentro. Tienes “Cosmos”, por ejemplo. Un documental que, al tiempo en que escribo de esto, ya va por su tercer capítulo, y cuyos productores se han determinado como agenda atacar la idea de la existencia de Dios. ¡Ah! Pero eso requiere un análisis fuera de lo que la gente estudia constantemente, requiere que salgamos de la burbujita, estudiemos un poco y nos fajemos con un tema que quizás cuestione lo que de forma tan fácil hemos aceptado como nuestras creencias.

Pongamos los pies sobre la tierra. Toda esta peleadera entre los que nos llamamos creyentes le lanza un aviso al mundo: esta gente sigue a Jesús pero no lo sigue tan cerca como para imitarlo.

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