¿Cómo traer un hijo pródigo de vuelta al hogar?

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miércoles 15 de enero de 2014 – 05:31 p.m. 55

Un pródigo, muchas veces lo vemos como un rebelde. Lo vemos como el que se rebeló contra la familia. Y eso genera resentimiento, genera rechazo, genera frustración, genera culpa en los padres.

Pero, en el libro defino el concepto del pródigo, como «Uno que está en un estado de inconsciencia». Eso es diferente. Alguien que está en un estado de inconsciencia no es cien por ciento responsable de esta situación. Está simplemente desvalorizando, ignoró se fue haciendo insensible a la riqueza del hogar, a la seguridad del hogar, al afecto del padre. Y, estando en este estado de inconsciencia, surgen dos tipos de pródigos:

1.- El pródigo que se hace religioso, responsable, que queda en la casa pero que se vuelve insensible, como el hermano mayor en la historia. Que siendo rico actuaba como miserable.

2.- Y el pródigo que se va de casa, aquel pródigo que dice: «dame la parte de la herencia que me corresponde». Como si el padre estuviese muerto. Osea, tú no me importas, me importa el dinero.

Interesantemente, el padre entiende que el hijo ha crecido y abre la puerta y el pródigo vuela. Vuela para vivir su vida, se va lejos de casa. Como quien dice que nadie me diga: ¿Dónde estabas?… ¿a qué horas llegaste?

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