El Brazo de Aron Ralston: ¿Qué harías por Salvar tu Vida?

brazo de aron ralston
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En el año 2004, el montañista y orador motivacional estadounidense Aron Ralston, publicó su autobiografía bajo el título “entre la espada y la pared”. En ese libro, Ralston explica cómo llegó a amputarse el brazo para poder salir del lugar en el cual había quedado atrapado. Su impresionante historia fue llevada también a la pantalla en el año 2010, al realizarse la película titulada 127 Horas, inspirada en su libro. Al reflexionar en la historia de Aron Ralston, acerca de cómo cortó su brazo para poder liberarse y seguir con vida, es inevitable preguntarnos:

¿Qué estamos dispuestos a cortar de nuestras vidas para seguir viviendo?
¿Qué harías para salvar tu vida?
¿Cuál es la enseñanza espiritual que puedo tomar del brazo de Aron Ralston?
«Si tu mano te fuere ocasión caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado,»
Marcos 9:43

LA HISTORIA DE ARON RALSTON

Aron Ralston es un ingeniero mecánico nacido en octubre de 1975, dedicado a practicar la actividad del montañismo a tiempo completo. El 25 abril del año 2003, Ralston decidió realizar un viaje por los senderos del Parque Nacional Tierra de Cañones en Utah, EE.UU. Mientras bajaba por las estrechas paredes del Cañón Blue John, una roca se desprendió quedando atascada entre las paredes, presionando el brazo derecho del montañista. Los esfuerzos de Aron por sacar el brazo de allí fueron inútiles, dejándolo atrapado dentro del cañón lejos de la ayuda de cualquier persona.

Al cabo de 5 días (127 horas), deshidratado, delirante y creyendo morir, Ralston pensó una última opción. Utilizando una navaja multiusos, el montañista decide cortar el brazo atrapado con el fin de liberarse y escapar de aquella prisión natural. Luego de amputar su brazo, y librarse de la pesada roca, con una sed agobiante, Ralston salió de allí dispuesto a buscar ayuda. Hambriento, agotado y moribundo, caminó alrededor de 12 kms, hasta que fue socorrido por unos turistas que se encontraban en la zona. Su impactante historia de supervivencia, es una muestra de lo que un ser humano es capaz de hacer por mantenerse con vida.

¿Qué hubiese pasado si Aron Ralston no hubiese tomado la decisión de amputar su brazo?
¿Qué eres capaz de hacer para mantenerte con vida?

AMPUTAR UN MIEMBRO DEL CUERPO

¿QUÉ SIGNIFICA AMPUTAR?

Una amputación, es el corte y separación de una extremidad del cuerpo de un ser vivo humano o animal, por medio de una operación quirúrgica. Este tipo de procedimiento es realizado comúnmente por un especialista o alguien preparado para eso.

¿POR QUÉ SE LLEGA A TOMAR ESA DECISIÓN?

Hoy día muchas personas toman la difícil decisión de amputar o cortar una extremidad de su cuerpo por razones de salud. Esta acción solo se realiza cuando la salud de esa parte del cuerpo no puede ser restaurada y pone en riesgo la vida del individuo. Las siguientes son una lista de las posibles causas por la cual un miembro o extremidad es amputado del cuerpo:

  • Afecciones de salud que afectan la circulación (Ej: arterioesclerosis, diabetes).
  • Traumatismos por accidentes (Ej vehicular, acción militar, uso de maquinarias, congelación, quemaduras, etc.)
  • Extirpación de tumor por cáncer (Ej: cáncer de hueso).
  • Deficiencias congénitas en extremidades.

En cualquiera de los casos anteriores, la recuperación física del amputado suele ser difícil, y necesita fisioterapia para lograr la adaptación. Sin embargo, quizás la recuperación que más cuesta en este caso, es la recuperación emocional. Esto se debe a que el amputado llega a pasar un proceso similar al duelo por la pérdida de un ser amado. Durante este proceso se enfrenta a sentimientos de frustración, tristeza, rabia, angustia, depresión, dolor, hasta que finalmente lo acepta y se adapta para sobreponerse. Sin duda es una decisión difícil, que solo es aplicada cuando es la única opción para seguir viviendo.

¿Qué podemos aprender sobre la amputación del brazo de Aron Ralston?
¿Qué harías tu para salvar tu vida?

REFLEXIONANDO SOBRE EL BRAZO DE ARON RALSTON

Al reflexionar sobre el brazo de Aron Ralston, no podemos dejar de pensar en la Escritura de Marcos 9:43, 45, 47. Allí Jesús nos aconseja que si nuestra mano, ojo o pie nos hacen caer en pecado, es mejor cortarlos y echarlos de nosotros por completo. Sin duda alguna el Maestro no se estaba refiriendo a amputar partes de nuestro cuerpo para no pecar. En realidad, Jesús se refería a aquellas cosas que hay en nuestras vidas que nos hacen tropezar y que afectan negativamente nuestra relación con Dios. Esas cosas son consideradas como un miembro de nuestro cuerpo, ya que son muy importantes para nosotros, pero que nos afectan y nos hacen daño.

En nuestro caminar nos vamos dando cuenta que existen cosas que están arraigadas a nosotros, de la misma manera que los miembros de nuestro cuerpo. Aunque forman parte de nuestro ser, quizás esas cosas nos están haciendo daño, impidiéndonos avanzar y crecer en el propósito de Dios. Al hallarnos en esa situación, nos encontramos con la difícil tarea de decidir si cortamos eso de nuestras vidas o dejamos que nos siga dañando. Para tomar la decisión de cortar con aquello que nos hace pecar, primero debemos identificar aquello que nos impide crecer en nuestra relación con Dios.

¿CÓMO IDENTIFICAR AQUELLAS COSAS QUE DEBES SACAR DE TU VIDA?

Quizás existan cosas en nuestras vidas que nos están haciendo daño, manteniéndonos paralizados sin crecer en el propósito de Dios. Entre aquellas cosas que nos pueden estar haciendo pecar a alejarnos del propósito de Dios tenemos:

  • Creencias o pensamientos equivocados.
  • Hábitos, costumbres o tradiciones infructuosas.
  • Adicciones, vicios o prácticas descontroladas.
  • Conductas y actitudes tóxicas o distorsionadas.
  • Relaciones personales (amistades, nexos amorosos).

Es importante notar que todas estas cosas que debemos identificar, están relacionadas a nuestra forma de pensar. Esto quiere decir que para cortar o sacar de nuestras vidas aquellas cosas que nos hacen pecar, debemos de empezar a cambiar nuestros pensamientos.

Jesús hizo alusión a esto al referirse al ojo como la lámpara de nuestro cuerpo, y que su influencia llenara todo nuestro ser (Mt.6:22). En nuestra vida habrá luz o tinieblas dependiendo de la forma en que miremos las cosas, lo cual es representado por nuestro ojo. Esto quiere decir que si nuestra forma de ver las cosas está en tinieblas, debemos de sacarla para evitar que nos haga daño (Mc.9:47).

¿QUÉ PASA SI NO CORTAMOS CON AQUELLO QUE NOS HACE DAÑO?

Jesús afirmó que “es mejor entrar en la vida sin un ojo, pie o mano”, que con ambos miembros ser arrojados al fuego eterno (Mc.9:43,45,47). Esta aseveración revela las graves consecuencias que vendrán si no cortamos con aquello que nos hace caer constantemente en el pecado. Muchas personas conocen aquello que les afecta su vida física, emocional y espiritual; sin embargo, no se atreven a quitar esas cosas de su vida. En lugar de eso, hacen oraciones como “Dios quítame esto o aquello”, o utilizan frases similares como “cámbiame”, “aléjame”, sin comprender que es su responsabilidad.

Puedes profundizar más acerca de este tema en el siguiente enlace: https://www.ministros.org/el-ejemplo-de-lot-el-justo-que-le-costo-salir-de-sodoma/

“CORTAR TU BRAZO” ES TU DECISIÓN

Debemos entender que cortar con aquello que nos afecta nuestra comunión con Dios es nuestra decisión. Así como Aron Ralston tomó la decisión de cortar su brazo para seguir viviendo, así mismo debemos hacer con cosas que afectan nuestra vida. En la Escritura de Marcos 9:43,45,47; Jesús nunca dijo que él cortaría aquello que nos hace pecar, pero si dijo que nosotros debemos hacerlo. Solo nosotros podemos cortar aquello que nos hace daño, que nos aleja de Dios y que nos hace apartarnos de Su Voluntad. ¡Solo tú puedes hacerlo!, nadie más.

¿CUÁL ES EL RESULTADO DE “CORTAR TU BRAZO”?

Si bien es cierto que sacar aquello que nos afecta es una decisión difícil que implica una perdida, a largo plazo nos trae resultados satisfactorios. Dios espera que nosotros entendamos el precio que tienen las bendiciones eternas, y que ese precio implica sacar aquello que nos hace volver atrás.

Cuando pensamos en las bendiciones eternas, debemos pensar en aquello que es perdurable y que permanece (1ªJn.2:17). El Señor nos ofrece “entrar en la vida”, la cual es el mayor regalo que podamos obtener por su gracia y misericordia. Del mismo modo nos dice que entraremos en “el reino de Dios”, por lo tanto “cortar el brazo” es una decisión que trae grandes bendiciones.

Y tú, ¿Qué harías para salvar tu alma?

 

Por Alexander Guerrero

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