No dejes de orar.

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Roberto Matthews de Norfolk, Virginia, conducía camino al aeropuerto. Su esposa embarazada iba a tomar el vuelo que le llevaría a California para visitar a su familia antes de tener a su primer bebé.


En el camino los esposos oraron para que Dios le diera un viaje seguro a la señora.


Minutos después un fuerte ruido hizo que Roberto detuviera el vehículo. Había explotado una de las ruedas. A pesar de los esfuerzos y la prisa, llegaron tarde al aeropuerto y la señora perdió su vuelo. Desanimados y molestos regresaron a casa.


Minutos después Roberto estaba recibiendo una llamada telefónica de su padre, el cual era un bombero de la ciudad de Nueva York. Le llamaba para darle la mala noticia de que el vuelo de su esposa se había estrellado contra una de las torres gemelas.


Inmediatamente, Roberto le explicó que su esposa había perdido el vuelo y que ambos se encontraban en casa sanos y salvos, gracias a la oración.


Dios había contestado rápidamente aquella sencilla oración por la seguridad de aquella señora. Lo que en un principio parecía un lamentable despropósito, terminó siendo la respuesta de Dios para cuidar a una de sus hijas de un accidente fatal.


Jesús dijo:


“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis;
llamad, y se os abrirá, porque todo aquel
que pide, recibe; y el que busca,
halla; y al que llama, se le abrirá.”


Mateo 7:7-8


¿Cuál fue la última vez que elevaste una sincera oración a Dios? Recuerda: la oración mueve la mano de Aquel que mueve al universo.



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Roberto Matthews de Norfolk, Virginia, conducía camino al aeropuerto. Su esposa embarazada iba a tomar el vuelo que le llevaría a California para visitar a su familia antes de tener a su primer bebé.


En el camino los esposos oraron para que Dios le diera un viaje seguro a la señora.


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